Los dientes temporales, más conocidos como dientes de leche, aparecen en los bebés a partir de los seis meses, aunque esto puede variar y llegar hasta el año. Lo normal es que a los tres años un niño tenga ya todos los dientes temporales. La dentición de leche está compuesta por 20 piezas dentales: 4 incisivos, 2 caninos y 4 molares, superiores e inferiores. La dentición definitiva de adulto son 32 piezas, incluyendo las muelas del juicio.
La edad en la que empieza la caída de los dientes de leche no es fija, aunque de media esto ocurre en torno a los seis años y se prolonga hasta los once años y medio de media. Como hemos comentado anteriormente, no son edades fijas pueden variar entre distintos niños, lo que sí está relacionada es la edad en la que emergieron y la que comienzan a caer, si fue tardía la erupción también suele serlo el inicio de la caída.
La edad a la que se realiza la caída también está relacionada con el tipo de pieza dental. Los primeros que suelen caer sobre los seis años y medio son los incisivos centrales superiores, seguidos de los incisivos laterales superiores, los incisivos centrales inferiores y los incisivos laterales inferiores, en este orden. Posteriormente, ya entre los nueve y diez años, irían los caninos y primeros molares y, finalmente, los segundos molares, entre los 11 años y los 12 años y hasta los 13.
La caída de los dientes de leche está relacionada con la erupción de los dientes permanentes, es la salida de la nueva pieza la que provoca la caída de la anterior, es, por tanto, un proceso normal. Sin embargo, es importante revisar con un dentista infantil la situación de la dentición de leche y también evaluar la correcta salida de la dentición definitiva. Si la dentición de leche no cae en el tiempo adecuado pueden darse problemas en la localización y orientación de la pieza definitiva, al impedir su correcta erupción; una consulta en nuestra clínica dental nos permitirá hacer un reconocimiento y llevar un seguimiento por si fuera necesario realizar (ahora o a más adelante) la corrección de cualquier desajuste que se pudiera producir. Con una sencilla radiografía se puede evaluar la situación de la salida de la dentición definitiva.
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